Tras siete meses de investigaciones policiales y la colaboración de dos detectives privados, que se infiltraron en la distribuidora de medicamentos, posibilitó la identificación de todos los miembros de la red delictiva que sustrajo un millón de euros en productos farmacéuticos en un almacén de Aldaia. La brillante operación de la Policía Nacional se saldó con una veintena de detenidos, entre los que hay ocho empleados de la empresa, seis repartidores, un farmacéutico y un extrabajador. Este último hombre, un jubilado de 75 años de edad, está considerado como uno de los cabecillas de la trama.

Tras la denuncia que presentó hace ahora siete meses la mercantil afectada, la policía colocó cámaras y micrófonos ocultos en el almacén y la zona de taquillas para identificar a los empleados que sustraían cremas, pañales, dentífricos, geles, leches infantiles y antigripales, entre otros artículos y fármacos que no necesitan recetas. La investigación de la Policía Nacional, por tanto, se realizó a petición de la propia empresa, cuya dirección fue informada de las pesquisas policiales.